EDUCACIÓN FINANCIERA: quiénes pagan los aranceles

El comportamiento de un impuesto o sobrecosto para un productor local que importa un bien desde el extranjero –conocido como arancel- genera, según la historia económica reciente y de acuerdo con economistas y firmas gestoras de activos, un daño perpetuo para la economía generadora y receptora del gravamen.

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AMIGO O ENEMIGO

No obstante los aranceles están diseñados con un doble propósito, por un lado proteger la industria local; y por otro, promover el mercado local esto no siempre produjo este efecto.

Durante la llamada “guerra del pollo” en la Alemania de los años 60 del siglo pasado, la economía teutona –y el resto de Europa, en lo que significó el nacimiento de la actual Unión Europea [UE]- impuso un arancel a la carne de ave importada desde los Estados Unidos.

El dato. ORO responde positivamente a crisis provocada por aranceles.

En represalia, Estados Unidos declaró un impuesto del 25% a los vehículos pesados alemanes que se importaban desde el país centroeuropeo.

El resultado fue desastroso para la industria vehicular germana, y para su contraparte aviar en los Estadios Unidos pues nadie cedió en su intento de conciliar ambos lados de la oferta y de la demanda.

Pero quienes “pagaron” las consecuencias, evidentemente, fueron los consumidores.

Miles de hogares alemanes vieron una carne de ave importada a mayor precio en los escaparates, y miles de estadounidenses registraron limitaciones para desarrollar una política de transporte público adecuado por la carencia de buses.

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HOY: UN PANORAMA COMPLEJO

Con la disrupción de más y mejores cadenas de suministro, mejores entornos logísticos, maquiladoras, políticas comerciales nearshoring, etc. la figura del arancel ha tomado una relevancia complicada.

De momento, se conoce que el arancel –para el productor local- significa un sobrecosto que decanta en un traslado de este al consumidor local a través del precio final o precio de venta al público [PVP].

Este PVP, en la medida que vaya ampliándose en la economía receptora del arancel, que bien puede haberlo –simultáneamente- provocado como en el caso del Estados Unidos de la era [Donald] Trump, segunda administración; bien, este PVP puede transmitir una variación crítica en el nivel de precios o sistema de precios o formación de precios de la economía.

Ello provoca que los hogares caten una inflación en el corto plazo que los golpea, sobre todo a los hogares de bajos recursos; decantando ello, en paralelo, en un entorno recesivo.

E inflación y recesión, igual a la peor pesadilla de los economistas: estanflación.

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DAÑO PERPETUO

La política de aranceles lastra defectos y fallos de mercado: golpea márgenes de productores e industrias, provoca pérdida de valor en los mercados, impacta en el mercado laboral, mercados bursátiles, pérdida de confianza en la economía y el efecto que provoca este sobrecosto es complejo de diluir en el tiempo: pues su estela puede continuar vigente pese a que un determinado arancel quede caduco.

En el anterior mandato de Trump, el impuesto a las lavadoras afectó este segmento; lo que es peor, impactó en las secadoras [que poco o nada tenían que ver].

El lastre del arancel a esta línea de electrodoméstico continuó hasta el 2023.

El dato. TRIGO: desplome tras expectativas de sobreoferta